La piña es una planta herbácea perenne, terrestre que crece aproximadamente un metro de alto en promedio, con tallo corto y pecíolos expandidos y apropiadamente juntos formando un tipo de tanques de almacenamiento de agua en la base de la planta.
El sistema radicular de la piña es muy superficial, generalmente las raíces se localizan en los primeros 15 cm del suelo, aunque pueden profundizarse hasta 60 cm o más.
El tallo se encuentra cubierto de hojas lanceoladas, es carnoso, tiene la típica forma de una maza de 25-30 cm de largo por 2.5-3.5 cm por debajo del meristemo terminal. La planta adulta presenta de 70 a 80 hojas, las hojas son envolventes dispuestas en forma de espiral, una planta adulta tiene de 70 a 80 hojas por planta. Los bordes de éstas pueden estar provistas de espinas o libres según la variedad. Son nombradas de acuerdo a su posición en el tallo, las que se localizan en la parte más baja son las A, B y C; las localizadas en la parte superior son nombradas D, E y F. Las hojas “D” son las que se usan como muestra para la inducción floral.
La inflorescencia contiene de 100 a 200 flores dispuestas en forma de espiral fusionadas entre sí y con el tallo central, dando origen a un fruto partenocárpio del cual la cáscara está formada por los sépalos y brácteas de la flor.
El fruto es un climatérico y su forma varía de cilíndrico hasta forma piramidal dependiendo la variedad.
1. Limpieza manual o química de control de malezas.
2. Una de las medidas de combate más adecuadas contra plagas consiste en sembrar los retoños libres del insecto y en suelos no infestados.
3. La limpieza de la maquinaria utilizada en la preparación de terreno para evitar el traslado de semillas e infecciones de un lugar a otro.
4. Una adecuada preparación de terreno con la eliminación de residuos vegetales.
5. Monitoreo y trampeo masivo con feromonas o luz de adultos.
6. Respetar franjas sin cultivo alrededor de las zonas con bosque o matorrales de aproximadamente 15 metros.
7. Una de las aplicaciones más importantes en el cultivo de piña es el tratamiento que se hace en relación a la inducción de la floración por el impacto en la producción de esta fruta.
8. Manejo cuidadoso para minimizar daños mecánicos.
9. Rotar los grupos químicos en el control específico de alguna población para evitar el desarrollo de individuos resistentes.
Familia
Bromeliaceae Variedad
Existen distintas variedades de piña que se emplean en los cultivos de nuestro país, pero dentro de las más importantes están: Cayena Lisa, Perolera, Manzana, y Gold MD2.
Se presume que la piña (Ananás comosus) es originaria del sureste de Brasil y Paraguay. Las mayores producciones de piña se tienen en Hawai, México, Costa Rica, Brasil, Colombia, Honduras, República Dominicana, Malasia, India, Congo, Kenia, China, Taiwán, Vietnam, Australia, Filipinas, Bangladesh, Tailandia, Indonesia, sur África, Zaire y Costa de Marfil.
La temperatura anual requerida para un adecuado crecimiento oscila entre 23°C y 30°C, con un óptimo de 27°C. Temperaturas inferiores a 23°C, aceleran la floración, disminuyendo el tamaño del fruto y haciéndolo más ácido y perecedero, mientras que temperaturas de 30°C, pueden quemar la epidermis y tejidos subyacentes ocasionando lo que se llama “golpe de sol”.
La piña requiere de una precipitación media anual entre 1,500 y 3,500 mm.
La piña se puede sembrar dentro de un rango que va de 0 a 1,200 msnm, con un óptimo entre los 300 y 900 msnm.
Humedad relativa óptima es de 85-90%. El número de horas brillo solar por un año debe ser superior a las 1,200 horas, considerando óptimo de 1,500 horas luz anuales.
La piña puede cultivarse en suelos que sean profundos, fértiles y con buen drenaje. El pH óptimo está entre 5.5-6.2; suelos con pH elevados dan lugar a la aparición de clorosis calcárea (deficiencia de Hierro) y pH menores de 5.5 afectan el crecimiento de la raíz y la disponibilidad de nutrientes potasio y calcio.
1. La propagación de la piña es asexual y para establecer plantaciones nuevas se utilizan los brotes vegetativos que la planta madre emite en forma natural.
2. Preparación del terreno: una vez realizada la limpieza del terreno, pasar una arada (20-25 cm de profundidad) y dos rastreadas en diferente sentido.
3. Establecimiento de siembra: la piña se puede cultivar ya sea a nivel del suelo o en camas. La densidad de siembra puede ser de 30.000 hasta 70.000 plantas por hectárea según la variedad y el objetivo de la plantación.
4. Distancia de siembra: sistema de línea sencilla, se dejan 80 cm entre surcos y 30 o 40 cm entre plantas (30.000 p/ha).
5. Resiembra: debe realizarse un recorrido por toda la plantación dos a tres semanas después de la siembra, con el fin de reemplazar las plantas pérdidas y uniformizar la plantación.
6. Encamado: la formación de camas se puede hacer mecánicamente mediante el uso de una encamadora o en forma manual, de un ancho de 70 cm y una altura de 30 cm.
7. Drenaje: es importante mantener un nivel de agua residual en el suelo mediante la nivelación adecuada del terreno para prevenir el estancamiento del agua que puede afectar el cultivo.
8. Acolchado: esta es una práctica opcional que consiste en cubrir las camas de siembra, durante la etapa final de preparación del terreno, con una banda de plástico negro calibre 150 de 140 cm de ancho, debidamente enterrada en una buena porción (10 cm) de sus laterales, para sujetarla y lograr un efecto hermético.
9. Inducción floral: permite la uniformidad de la fruta, la reducción del ciclo del cultivo y la posibilidad de concentrar y programar la cosecha según las necesidades del mercado.
10. Pintada del fruto: esta práctica se realiza aproximadamente entre los 145 – 150 días después de la inducción floral; en este momento la planta ya ha llenado el fruto en su totalidad y el ciclo de madurez fisiológica se encuentra en la fase final.
11. Escalado: se realiza con el propósito corregir la acidez del suelo provocada por las altas concentraciones de Aluminio.
12. Riego: puede ser por aspersión o goteo, dependiendo de la disponibilidad de agua. La planta de piña requiere de 15 a 35 mm por semana.
13. Fertilizante: para el cultivo de piña es indispensable aportarle elementos como nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio y azufre, especialmente, lo cual puede variar en sus cantidades de acuerdo al tipo de suelo y los rendimientos que se quieran obtener.
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