Phyllachora maydis produce lesiones oscuras pequeñas (con 0,5 a 2,0 mm de diámetro), ovaladas o redondas en las hojas y forma estrías de hasta 10 mm de largo. Los síntomas iniciales son puntos negros pequeños ligeramente abultados distribuidos al azar por toda la superficie foliar. La infección pasa rápidamente a las hojas superiores y a otras plantas. Dos o tres días después de formadas las lesiones por infección de P. maydis, éstas son invadidas por M. maydis, hongo que forma un halo elíptico de color verde claro alrededor de cada lesión de P. maydis de 1 a 4 mm de tamaño; esto da como resultado el típico síntoma “ojo de pescado” del complejo de mancha de asfalto. Cuando las condiciones son favorables, P. maydis y M. maydis actúan de manera sinérgica, y las lesiones crecen rápidamente y se fusionan a medida que la infección avanza, hasta que toda la hoja se marchita. Esto hace que el follaje se seque prematuramente.
En el complejo mancha de asfalto están involucrados tres microorganismos fungosos Phyllachora maydis, Monographella maydis y Coniothyrium phyllachorae, el cual es un hiperparásito de los dos anteriores.
La severidad y facilidad de diseminación de P. maydis, la ubican como una enfermedad muy agresiva y si los factores climatológicos la favorecen puede ocasionar muerte prematura de la hoja y quemar el cultivo en corto tiempo.
La enfermedad causó pérdidas de rendimiento de 70 – 90% en México. En 2012, se reportaron pérdidas de rendimiento estimadas en más de 50% en países latinoamericanos como Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia y El Salvador.
El primer reporte de mancha de asfalto en maíz por el hongo Phyllachora maydis se hizo en México (Maublanc, 1904).
P. maydis es considerada una enfermedad muy agresiva y virulenta. En Centro América la enfermedad está presente en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Ecuador, México y Colombia.
Se presentan manchas brillantes y ligeramente abultadas, de color negro. En una etapa posterior se desarrollan áreas necróticas en el tejido foliar.Este complejo propicia el desarrollo de tejido necrótico alrededor de la mancha de asfalto. Las lesiones necróticas pueden llegar a fusionarse y provocar la quemadura completa del follaje. Las lesiones empiezan a desarrollarse en las hojas inferiores antes de la floración y, si el ambiente es propicio, la infección continúa hacia arriba afectando incluso las hojas más jóvenes. Las mazorcas de las plantas afectadas son muy livianas y tienen granos flojos que no alcanzan a compactarse; muchos de los granos en la punta germinan prematuramente, mientras aún están en el olote.
Temperaturas promedio mensuales de 17 – 22°C, con un mínimo de 7 h de humedad foliar cada noche. Humedad relativa de > 75%, o de 10 a 20 días de niebla al mes. Es común que el CMA se presente en zonas montañosas moderadamente frescas y húmedas, tanto en el trópico como el subtrópico situados de 1,300 a 2,300 metros sobre el nivel del mar (msnm). Una precipitación mensual mínima de 150 mm, y entre 1800 y 1900 horas de luz solar al año.
Niveles altos de fertilización nitrogenada, favorecen su desarrollo.
La enfermedad afecta todas las partes de la planta dependiendo de la presión y condiciones predominantes, iniciando en hojas, tallos y mazorcas, en el caso de las mazorcas estas sufren de deformación, germinación de granos, granos sin peso y en algunos casos manchados.
Es una enfermedad que ocurre con mayor frecuencia en zonas frescas y húmedas, especialmente en lotes cercanos a las riberas de los ríos, o en suelos con nivel freático alto, pesados o con tendencia al encharcamiento. La humedad sobre las hojas durante la noche y en la mañana facilita la infección y el establecimiento de los patógenos, los cuales pueden sobrevivir en los residuos de cosecha por algún tiempo. Un segundo hongo asociado a la enfermedad es M. maydis, el cual provoca lesiones alrededor de las producidas por P. maydis. Al principio se observa un halo de forma elíptica, color verde claro de 1 – 4 mm, posteriormente es necrótico y provoca el síntoma conocido como ojo de pescado.Con la temperatura adecuada el complejo mancha de asfalto puede atacar de 12 a 15 días de incubación y su liberación de esporas con alta humedad y temperatura constante de 17 a 24 horas siendo el principal factor las temperaturas. Sus esporas se propagan por el viento y bajo condiciones ambientales favorables. La presencia de rocío sobre las hojas por las noches y las mañanas favorece la infección y el establecimiento de estos patógenos.
Casi siempre la enfermedad se presenta después de floración, sin embargo, bajo condiciones de siembras continuas se presenta en prefloración la etapa del llenado de grano. En esta etapa, las plantas son más susceptibles, y la incidencia y la severidad de la enfermedad tienen el mayor impacto.
1. Conseguir y sembrar semilla de variedades resistentes al CMA.
2. Sembrar temprana y oportunamente y evitar la siembra escalonada, ya que lo sembrado al principio será fuente de inóculo para lo sembrado posteriormente. Por esta razón, los cultivos sembrados tardíamente suelen presentar alta incidencia de la enfermedad.
3. Eliminar los residuos y el rastrojo en aquellos lugares donde se ha observado la enfermedad, a fin de reducir las fuentes de inóculo del patógeno.
4. Evitar sembrar campos donde se sabe que ha habido incidencia de CMA en hortalizas o que están cerca de los ríos.
5. Practicar la rotación de maíz y otros cultivos en los cuales no se desarrolle el patógeno; por ejemplo, fríjol común y hortalizas.
6. En aquellos lugares donde la enfermedad ha estado presente, se debe realizar un monitoreo constante, empezando alrededor de 40 días después de la emergencia del cultivo o cuando éste ha llegado a la etapa de 8 hojas.
7. Utilizar la densidad de siembra recomendada; una densidad demasiado alta (digamos que de más de 75,000 plantas por hectárea) favorece el desarrollo de la enfermedad.
8. Utilizar las dosis de fertilizante recomendadas.
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